viernes, 29 de mayo de 2009

POEMAS A LA MAR


CANTÁBRICO

Había una bruma luminosa
y una espuma de nata
en las olas.

Había una espada de sol
que rompía
la tiniebla abisal
de las distancias.

Había
el perfil de una isla cercana
y en lo alto un faro.

Y había dos niños
que jugaban,
construyendo de arena
una fugaz arquitectura.


TANTO AZUL

Es el mar.
Confidencias de la luz
con la tiniebla.
Infinidad de veredas secretas.

- hay niños en la playa
remontando cometas -

Otoño despertando.
Un viejito al completo
- bastón, gafas, bufanda,
y temblor en las manos -
pasea
renqueando por la arena.

Indóciles gaviotas
profanan el silencio.

Es el mar.
El ocaso.
Tus manos.
Mi cintura...

Nunca ya,
volverá ningún verano,
a traer tanto azul,
tanta locura.

martes, 19 de mayo de 2009

MIS POEMAS



NOCTURNO II


Salgo a la noche.
En la mano,
un vaso de gin tonic.

...se está tan bien aquí
cerca del cielo...

La gran laguna negra
de las sombras,
va inundando todos
los rincones.

Se apagan los murmullos.
Se van cerrando
todas las ventanas.
En el cuarto, en penumbra,
la magia de un blues.

Se oye el lejano rumor
de la mar...

Casi ya, madrugada.
Hora de la nostalgia:
Nostalgia de ternura,
de abrazo.
Nostalgia de un tango,
una balada,
de una cueca
o una vidalita.

Nostalgia de Kafrune,
de Yupanqui.
De aquel viejo café
del barrio de La Boca...

En mi vaso han caído
todas las estrellas.
Las bebo a sorbos lentos,
y siento
esa dulce tristeza
que me aleja de mí.

Más allá,
más lejos de los astros,
con los brazos abiertos
me llama el universo.

martes, 5 de mayo de 2009

HOLA, SOLEDAD



... Y entonces
la soledad tocó mi puerta
- yo la había llamado -

La invité a que ocupara
la butaca vacía,
y charlamos sin prisa
hasta el amanecer...

La conocía de antes.
De los lejanos años,
color ámbar,
cuando ella y yo
nos encerrábamos,
a fabular historias.

Y jugábamos
a esconder los sueños
en cometas,
y a pintar
con tizas de colores,
los espacios vacíos...

Ahora, somos inseparables.

Me ayuda a pensar,
a concentrarme.
Pienso,
que hasta inspira mis poemas.

Ahora, me acompaña
a pisar aceras sin jazmines
y a volar
horizontes más bajos.

Somos inseparables.

Cada día
cuando el ocaso pone rubor
a los colores de la tarde,
o la lluvia
pinta notas de ausencia
en los cristales,

asomadas al borde de la noche,
conversamos...