Me gusta la palabra cercanía,
las tormentas,
los relojes de arena,
el caloryelsabor de tu piel.
El vuelo de los patos salvajes
cuando cruzan,
el corazón azul de la mañana.
La elegancia de un árbol solitario
en un paisaje yermo.
Tu retrato ovalado
sobre la chimenea del salón.
Me gustaría,
llamar afortunado al vagabundo.
Pedir explicaciones a las horas
por huir tan de prisa
y a Dios por ser tan insensible.
Y salir de tu historia
-aunque sea-
por la puerta de atrás.
Y confieso
que soy tímida
hasta el aburrimiento.
Que me despisto, cada dosportres,
que confundo los lunesconlosjueves.
Que creo en excepciones,
en fantasmas,
en unicornios y en milagros...
Y que sí,
que es verdad,
que alguna vez te amé.