lunes, 22 de febrero de 2021

Balada para un niño oscuro


El aguacero vence al día.

 

Va avanzando veloz 

-encontró esa bici en la basura-

bajo nubes con forma de unicornio

y animales de fábula.

 Quiere correr, correr...

Su piel arropada por la niebla

y la lluvia pegada

a sus sueños infantiles.


Correr...

-el desamparo azul en su mirada-

entre árboles dormidos

anestesiados por agujas de hielo.

Hoy,

que el aguacero vence al día.

Hoy, dueño del parque, 

porque llueve,

y otros niños no salen,

se sube a los columpios,

se desliza por toboganes rojos,

 vedados para él, en los días de sol.

 

Y entre nubes opacas

de una ciudad que no lo quiere,

su infancia se diluye

en sueños imposibles.