
De un lejano sendero abandonado,
he tirado tu amor, por la pendiente
Sin trauma. Sin dolor. Conscientemente.
He tirado tu amor, y no he llorado.
Emigrando su invierno irreverente,
por el cielo una alondra ha pasado.
He seguido su vuelo acompasado
y me puse a silbar, indiferente...
Mi corazón quedó deshabitado.
Nubes rojas vagaban por los cerros
y el cielo se burlaba descarado.
Entré después en un supermercado
y compré una loción antirrecuerdos.
He tirado tu amor. Y no he llorado.