jueves, 1 de agosto de 2019

A mi perro * En el recuerdo.



Te quedaste quieto,
dormido, frío...
Y tus ojos
fueron perdiendo el brillo
y esa forma tan mansa
de mirarme.
 Y mis labios
quedaron sin sonrisa,
huérfanos de un poema,
que mojado de lágrimas,
te dedicaré.

Quedaste frío, quieto,
dormido,
tal vez soñando
con la caricia de mi mano
sobre tu traje negro.

Y todo, la casa, los chicos,
los recuerdos,
se vistieron de ti...

Ahora, evocaré tu miedo,
cuando destelle la tormenta
sobre los abedules.
Y el temor de tus ojos,
suplicantes,
de mi voz y ternura.

Guardaré tu recuerdo
alli, donde se guarda lo entrañable...