martes, 13 de diciembre de 2016

Naufragio (In Memoriam)
















Ocho hombres. Algunos casi niños.

La tripulación del pesquero descansa. La pesca ha sido buena y se acerca la Navidad. Unos días mas y en casa.

En total, ocho hombres: "la mejor tripulación que había"...
Enrique, pelirojo, pecoso como un marinero irlandés, recrea la imagen de  su chavalín, que ya da sus primeros pasos.
Los tres hermanos Cordeiro, bulliciosos, rebeldes, se gastan, como siempre, bromas entre ellos. Ocho hombres, algunos casi niños.

Anochece sobre cubierta.  Fresco viento muerde las crestas onduladas del mar. El pesquero se inclina como legendaria ave marina que volara a ras de la inmensa llanura azul.

De improviso, una enorme nube negra cubre el cielo y un violento y repentino vendaval, envuelve al indefenso pesquero... Probablemente una gigantesca ola lo atrapa y lo arroja a las profundidades.


A muchas millas, ocho familias abatidas, tras días de silenciosa espera, van asumiendo la cruel realidad: ellos no volverán...
Y una mañana fría, solo el consuelo de arrojar a las aguas del puerto paisatarra,  coronas de flores. Coronas blancas y coronas rojas para esos ocho hombres que el mar, una vez mas, les arrebató.

Rosas blancas y rosas rojas,  balanceándose en las aguas mansas y tranquilas, que vienen a besar las rocas. Tal vez, para pedir perdón.




                    ** Tragedia  ocurrida en 1998.  Enrique y los hermanos Cordeiro, habían sido alumnos  mios