
Llego de puntillas
a leer sus ojos.
Sonrisa de niño.
Sus manos alondras:
Mi alma, indefensa,
se pierde en sus plumas.
Me arropa en su abrazo.
Su voz es arrullo
sobre mi cabello..
Soy algo pequeño,
Un gorrión diminuto
en sus brazos.
A veces me dice
que desde hace tiempo
- muchísimo tiempo -
me estaba esperando.
Yo en cambio no digo
todo lo que siento.
Digo cosas tontas,
como por ejemplo,
qué bonitas nubes...
Y pienso tequiero,
ojalá fuera eterna la tarde.
Me mira indeciso ,
besa mi mejilla
suave, suavecito...
Y... mi corazón
teclea a destiempo.