
Es el mar.
Confidencias de la luz
con las tinieblas.
Laberinto de veredas secretas.
-Hay niños en la playa
remontando cometas-
El día despertando.
Un viejito al completo:
bastón, gafas,
recuerdos
y temblor en las manos,
pasea renqueando
por la arena.
Varada, una barca sin nadie,
recrea su nostalgia de sal.
Es el mar. El ocaso.
Tus manos.
Mi cintura...
Tantísimo el azul. Tanta locura.
Para Tesa (con un soplo de brisa del Cantábrico)