
No entiendo tu mapa de ruta,
ni borro tan fácil
los presentimientos.
No sé disfrutar la luz sepia
que trae la distancia
ni el enigma de un siempre,
ni lamagiadeunbeso.
No puedo dejar de hacer versos
ni quedarme callada.
No me asombra
no echarte de menos.
No te espero en la mesa del bar
ni te busco detrás
del humo del café.
No duermo en tu hombro
ni lloro a escondidas.
No escucho ese tango
que a ti te gustaba.
No me duele tu ausencia.
No eres.
No estás.
Ni siquiera te pienso.
No entiendo tuseddehorizontes.
Y ya no eres nido.
Ni causa. Ni puerto.