
Caminamos la noche
cálida, limpia.
De un colorluzoscuro
que aún no se ha inventado.
Abajo el mar, acunando silencios.
Sobre la arena
una barca sin nadie,
sueña una lejanía.
Y en lo alto una casa
con un patio, una higuera, una fuente,
buganvillas y hortensias tras la valla.
El aire escribe allí su tiempo.
La campánula en flor
sube orgullosa por el enrejado
y pétalos de luna
llueven sobre los sauces.
En el porche, un viejito
enciende su sonrisa
para saludarnos.
La mujer nos ofrece
limonada y pastel de frambuesa.
Nos invita a pasar, a sentarnos...
...Y seguimos caminando la noche.
Noche cálida.
Limpia.
De ese color, que aún nosehainventado.
* ( Publicado, en el lejano ayer, en la R. E. Kaixo )