domingo, 14 de junio de 2009
EL RELATO DEL MES : GUARANÍES ; ÚLTIMOS ESCLAVOS DEL SIGLO XXI
PACHA MAMA
Choguí, indiecito guaraní, persigue una enorme mariposa de vibrantes colores. Siguiendo sus mágicas evoluciones, corre tras ella sorteando las grandes cabañas comunales. Atraviesa el poblado, se interna en la selva y se pierde entre la tupida vegetación.
Va cayendo la tarde. Su madre angustiada lo busca inútilmente por el poblado. Temerosa, entra en la selva. !Choguí!....!Choguí!...!Choguí!... Solamente responden los gritos de los animales salvajes. Y ella sigue abriéndose paso entre la maraña virgen que hiere despiadada su piel desnuda.
! Préstame tus alas pájaro!... Y el buen Dios Ñamandú oye su ruego : convertida en un hermoso pájaro, escudriña volando la intransitable vegetación, hasta encontrar al niño dormido bajo un árbol. Las fieras merodean a su alrededor.
!Choguí!...! Choguí!...grita con todas sus fuerzas hasta atraer la atención de la gente que ha salido tras ella. El niño es rescatado y devuelto al poblado.
Pero la madre, transformada en un gran pájaro de llamativos colores, queda para siempre en la selva.
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La historia de los guaraníes, es el relato de numerosas y bellas leyendas.Y de sucesivas e incontables derrotas.
Ocupaban toda la zona central y meridional de Sudamérica, desde los Andes a la costa Atlántica; desde las Guayanas, hasta la región del Río de la Plata. Un lugar quimérico de selvas, arroyuelos y quebradas, donde la tierra para ellos era la vida, la madre : La Pacha Mama.
Vivían en malocas, cabañas comunales, en torno a un punto central o plaza, donde se reunían en sus numerosas fiestas para cantar, bailar, y sobre todo, para contarse sus sueños.
Solían ir desnudos, pero muy adornados. Dormían en hamacas, tejidas por las mujeres en sencillos telares. Cazaban y pescaban. Y mascaban el maíz - avati- para producir la chicha, su bebida mágica.
La aldea, taba, estaba dirigida por un gran jefe político: Mburunvichá, que organizaba el trabajo y distribuía los bienes de consumo equitativamente. Pues en la sociedad guaraní, no existía el concepto de propiedad privada. Todo lo que se cosechaba, se cazaba y se pescaba, se distribuía de forma solidaria.
Su religiosidad es profundamente espiritual. Sus dioses son concebidos como entidades invisibles que se manifiestan en la plenitud de la naturaleza : el trueno, la lluvia...pero nunca en imágenes materiales. De ahí, que no posean templos ni ídolos.
Ñamandú, es su gran Dios bondadoso, padre de todos los hombres, dador de la vida y de todo el Orden Universal. Añá es el dios que representa el Mal, las catástrofes naturales, las enfermedades...
Creen en la continuidad de la vida después de la muerte. Rinden culto a los antepasados con ofrendas y fiestas en su honor. Y los espíritus, a su vez, los protegen y los ayudan, enviándoles las lluvias y las buenas cosechas....
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Pero esa vida, idílica y pacífica, va a cambiar bruscamente. La conquista de los portugueses, origina las primeras rebeliones de los guaraníes. Rebeliones que son, una tras otra, sangrientamente sofocadas.
Luego son arrojados violéntamente de sus tierras, por el acoso de los españoles. Pierden sus chacos, sus tierras de cultivo y se van convirtiendo en peones de los invasores.
Los misioneros jesuitas logran al fin, pacificarlos. Fundan para ellos misiones, verdaderas ciudades con un nivel social bastante avanzado.
Pero la expulsión de los jesuitas, da paso a un nuevo proceso de decadencia del pueblo guaraní, que va reduciendo considerablemente su número; hoy sólo unos cuantos millares.
Ahora, en su mayor parte, viven en reservas, en algunos estados de Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina Y Bolivia.
Sin embargo, en algunos de estos lugares, sobre todo al Noroeste de Bolivia, allí y ahora, muchas familias de estos indígenas, viven en condiciones de auténtica servidumbre, sin los más elementales derechos de libertad, educación y sanidad... Se puede decir que estos grupos de guaraníes, son los últimos esclavos del Siglo XXI.
Apenas treinta y pocos caciques, son los dueños absolutos de sus tierras y de sus vidas: Los hombres trabajan de sol a sol los campos, cuidan los ganados y siguen a sus amos dondequiera que vayan. A los niños, se los utiliza como espantapájaros. y a las mujeres, como "incondicionales" sirvientas.
A pesar de todo, estos indios han sido capaces de no olvidar, y aún conservar sus raíces y sus costumbres y tradiciones. Y reivindican el derecho sobre su antigua tierra ; La Pacha Mama, a la que aman, respetan y no agreden nunca. Tierra que seguirán reclamando, hasta que se les restituya.
Y cuando esto ocurra, volverán a sus antiguas costumbres, a sus malocas comunales, a sus tabas...Volverán a cuidar de sus niños, algo muy especial para ellos. Volverán a pedir permiso a su Dios Ñamandú cada vez que necesiten talar un árbol o cultivar una nueva parcela. Recuperarán sus fiestas, donde cantarán, bailarán, y se contarán sus sueños... Y beberán alegres la chicha, su bebida mágica.
Las mujeres, ahora, con faldas multicolores. Los hombres, con sombreros de ala ancha.
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Maravilloso relato y poema, Socorro.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho navegar por tus letras.
Un abrazo grande
Ana
Por lo que conozco, la situación de estos indígenas acá en Argentina, es tambien muy penosa. Es hora de que se vayan arreglando estas barbaridades históricas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Graciela.
Fantástico relato para aprender un poquito más
ResponderEliminarUn beso
precioso relato y la poesia , un canto ,un besazo preciosa
ResponderEliminarExcelernte tu relato y tu poema. Tengo desde hace años el disco El pájaro Choguí que supongo se refiere a la leyenda que citas.
ResponderEliminarUna entrada magnífica.
Como siempre, un abrazo.
Fer
¡GRANDIOSO RESCATE QUE HACES, MI ESTIMADA SOCO!, que hermosas historias guardan los indios de estas tierras que han sabido por generaciones vivir de, por y para la tierra, en perfecta armonìa amorosa.
ResponderEliminarFelicitaciones, saludos cordiales
Es muy penosa e indignante ls situación de los pueblos indígenas, arrojados de sus tierras para vivir una verdadera esclavitud.
ResponderEliminarNuestra solidaridad con ellos.
Interesante relato. Ojalá enterremos para siempre las crueldades de la historia y comprendamos de una vez la importancia de la riqueza cultural indígena. Un beso.
ResponderEliminarQué hermosa leyenda Pajaro Choguí, que cantaba de chica porque se escuchaba tanto en casa...
ResponderEliminarMe llevás con ella a la infancia.
Fijate que hace poco leí en prensa de la preocupación de las autoridades de la región de Misiones, porque se daban numerosos casos de suicidios de niños guaranies.
Es doloroso pensar, como está viviendo esa pobre gente indígena...
Gracias por esta aportación.
Tanto el relato como el poema me han amocionado.
ResponderEliminarTe doy las gracias y un abrazote.
Me ha gustado mucho el poema. Es precioso por lo que dice y como lo dice.
ResponderEliminar(No he podido leer el relato, pero lo tengo en cuenta para cuando tenta un ratito)
Un abrazo grande.
ANA:
ResponderEliminarNavegamos por el mismo mar. Compartimos aventuras poéticas.
GRACIELA:
Es lo de siempre; promesas que no se cumplen
ARANTZA:
En ese tema tenemos mucho que aprender, sobre todo porque nos han engañado.
ARGOS:
Gracias por pasarte. Nos vemos.
FERNANDO:
Exactamente.Yo tambien lo escuché y lo sigo escuchando. Es precioso.
ARMIDA:
Tú, amiga, sabes de eso. Es así como dices.
PIEL ROJA:
Despiertan simpatía ¿no?...El nombre que te has puesto, dice algo.
TE:
Una riqueza cultural que nadie tenía derecho a destruír. Sin embargo siempre han tratado de conservar lo que pueden de sus costumbres y de su cultura.
El idioma guaraní por ejemplo, es idioma oficial en Paraguay, lo habla casi el 90% de la población.
SUSANA:
Tambien leí sobre eso, y que el 80 % sufren desnutrición. Un crimen.
PILAR:
Me gusta que te hayas emocionado. Es buena señal.
LOLA:
Una alegría tenerte por aquí, de verdad.
Y gracias y besos para todos.
Me ha encantado, Soco. Ojalá los indios Guaraníes recuperen esa libertad que nunca debieron perder. Gracias por traerlos.
ResponderEliminarSigo lejos de internet, a ver si se me soluciona pronto.
Un gran abrazo.
...charlando con una amiga en la ribera del río a la sombra de un árbol, todo lo demás sobra para abrazar la Tierra y sentir la libertad del pájaro.
ResponderEliminarBesos!
Tribu, gente que al estar mas al tanto de la naturaleza, podrían ser mas sensibles a las cosas del espíritu.
ResponderEliminarDedicarse a ver una mariposa, el rio, la evolución de la tierra, un árbol, etc.
Nos llena el alma, y el vacio.
Un beso.
Qué bueno Socorro que nos traigas estas historias lejanas, historias cargadas de sentido, historias que llegan al presente moribundas en la memoria saqueada -porque hoy las culturas indígenas es la historia del saqueo ajeno, de la colonización y el etnocidio-.
ResponderEliminarEn cualquier caso, gracias por contribuir a que todos esos hilos sigan urdiendo otros tejidos.
Un abrazo,
Arturo
Una leyenda preciosa, una historia extremecedora y un poema encantador.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Que hermosa leyenda la de Pájaro Choguí. Conocía la canción pero desconocía la historia de esos indios.
ResponderEliminarGracias por contarla. Besos.
Me ha encantado el relato y el poema.Ahora ya tengo un lugar en el corazón para esa gente.
ResponderEliminarCuantas cosas nos han sido contadas de forma diferente a como en realidad son.
ResponderEliminarEspero que Morales sea capaz de cumplir y restituir la dignidad a este pueblo.
Nunca entendéré la obsesión del hombre por avasallar y eliminar las culturas autóctonas allá donde aparece, rodeado de fuerza y de poder superior
Un beso Soco, precioso el relato y las letras del poema a la niña
¡Qué les devuelvan sus tierras y les dejen vivir como vivían!, deberíamos tomar ejemplo de esa forma de vivir.
ResponderEliminarSoco, tu relato y tu poema me han encantado. Me puse triste por ellos...ojalá que Ñamandú (y Evo Morales) les ayuden a recuperar lo que les fue arrancado vilmente por los conquistadores, que no descubridores.
Gracias Soco. Beos.
Muy triste, pero precioso el relato y el poema.
ResponderEliminarTambien preciosos los comentarios que te han escrito.
LUISA:
ResponderEliminarUna agradable sorpresa encontrarte en mi txoco. Ya he visto que andas muy ocupada. Besos.
BUSCADOR:
Toda la razón. Ojalá fuera apreciado por todos.
5/20 :
La vida en comunión con la naturaleza, sin agredirla, sin saquearla...
ARTURO:
Historias moribundas que dices, pero que han traído consecuencias, aún vigentes.Heridas actuales, sin resolver ( Bolivia, Argentina, Brasil...)
U n placer que hayas venido, Arturo.
RUBEN:
Un lugar, seguro que grande en tu corazón tan sensible, amigo.
IMPERSONEM:
Estoy de acuerdo: un ejemplo a seguir, volver a esa vida idílica, sencilla , alegre y digna...
SARA:
Contenta de que hayas venido y de que te guste.
Y UN ABRAZO GRANDE, GRANDE PARA TODOS.
PARA CARLOS E INMA:
ResponderEliminarGracias a vosotros y otro abrazo grande para cada uno.
Una aportación muy interesante sobre un pueblo que por estos lares nuestros es muy desconocido. Nunca es tarde para aprender, aunque la historia de los Jesuitas en Paraguay es más conocida no sabemos tanto de las esclavitudes de nuestros tiempo. Porque no queremos, sin duda.
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