
Ya no puedo
disfrazar la ternura.
Ni elegir la sonrisa
que me voy a poner
cada vez que amanece.
Ya no quiero
vestir de colores
tus salidas de tono.
Ni planchar
tus absurdos enojos,
con suavizante perfumado.
Ya no quiero
esconder tus discursos
debajo del sofá
ni ser mas
el tren de tus deseos.
No, ya no quiero
pasear contigo,
ni bailar contigo
ni dormir contigo.
Se terminó el tiempo
de llorar a escondidas,
de sonreír sin ganas.
Déjame pensar
y caminar sola
como las palomas
por las azoteas.
Recobrar las tardes
de amapolas y alondras.
Descolgar
tus ridículos cuadros.
Tirar tus cigarrilos.
Abrir las ventanas...
Déjame ser silencio.
Ser oportunidad.
Déjame... volver a ser yo.