
Cuando el crepúsculo
hay nubes que parecen
dragones escarlata,
como la sangre, lejos...
Son las tardes de octubre,
casi azules,
casi tibias.
Qué dulce este silencio.
La bruma
deambulando por los parques,
la luz descarrilando
en las vidrieras,
las hojas deshauciadas,
desteñidas,
cubriendo las veredas,
de ideogramas ocre...
Qué solo el corazón a la intemperie.
Mi ciudad desemboca en el mar,
enamorada.
los semáforos,
van ya ensayando el frío,
y en cada ventanal,
aterriza una estrella.
Son las tardes de octubre
casi azules, casi tibias
.