Hablo de algunos padres:
Sus hijos
no creen en los Reyes Magos.
Ellos
les han ido explicando
que esos juguetes
que ven en la tele,
los fabrican en China,
niños como ellos,
que trabajan doce horas al día.
Les han borrado una ilusión?...
Tal vez.
Pero ahora
sus pequeños saben
porqué, en estos tiempos,
los Reyes Magos, vienen de Oriente.
Y ellos, sus niños,
tienen otra ilusión:
Que todos los niños del mundo
puedan jugar...
Así es, que no pase como en nuestro país, que los niños son forzados por sus padres a mendigar en las calles, a robar, o a morir hambre como pasa con los niños de la Guajira, que los políticos se roban su bienestariana, para financiar su campañas. Hermoso, que los niños vuelvan a su juguetes, para que no pierdan la capacidad del asombro. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarSí, Carlos , jugar es su aprendizaje para que esa capacidad de asombro, le dure toda la vida.
EliminarAbrzo
Me parece una opción interesante y honesta. ser sinceros con los niños adaptándose a su comprensión. Hermoso que tengan la ilusión de que todos los niños del mundo puedan jugar como ellos.
ResponderEliminarOsvaldo.
EliminarLos nlños,Osvaldo, son mas listos de lo que creemos. A veces son ellos los que nos engañan.Y tú lo sabes.
Éramos honestos con nuestras hijas en aquel entonces. Les habiamos explicado la verdad. Pero ellas querían poner agua y pan y hierba para los camellos, una copa de jerez y un plato con galletas para los magos. Y nos contaban como los habían oído subir por el balcón. De mayores hablamos de la cuestión. Sí, sí ya lo sabiamos pero nos gustaba creer que eran los magos. Os agradecemos que fingierais con nosotras.
ResponderEliminarSolo és una reflexión.
Anna Babra
Qué hermoso, Anna. Ves? Habíais entrado todos en la magia del juego. Así, cómplices, como tiene que ser.
EliminarGracias. Un abrazo
Que hermoso final amiga, que asi sea... Saludos.
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EliminarGracias, Sandra, un abrazo.
Los niños que trabajan, los que van a la guerra, los que piden por las aceras, los que roban, a su manera también mandan cartas a los Magos. La misión de los adultos será enseñarle a los tres, a leer sus blancos idiomas.
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EliminarSí,ahí está, esa misión de los adultos...
Si pudiera volver a pedirme el fuerte de madera o el tren de hojalata o simplemente el tiempo libre de responsabilidades...
ResponderEliminarMe has hecho pensar si la vida no será otra cosa sino una sucesión de ilusiones que se suplen unas a otras. Lo malo es cuando descubrimos que muchas son vanas.
Uf, yo sigo pidiéndome cosas y cosas, ya ves. Y creo firmemente que la vida no es mas que perseguir ilusiones. Algunas, son vanas, sí, pero otras son posibles o probables.
EliminarTu poema no va ni defrauda a la ilusión, simplemente está lleno (poéticamente lleno) de realidad; de esa cruda realidad que denuncias...
ResponderEliminarYo me negué, como opción personal y sin sojuzgar a quienes optan por la opción tradicional, a seguir la tradición y le dije a mi hijo la verdad sobre la tradición de los reyes magos... Tuve que aguantar muchos calificativos sobre mi decisión...
No sé si mi hijo hubiera disfrutado más de su ilusión y de su mundo mágico siguiendo la tradición, lo único que sé es que sabía quién le compraba sus juguetes y los utilizaba, como los hijos de los tradicionalistas, para jugar real y mágicamente...
(Pero yo siempre he sido muy raro...)
Abrazo
EliminarPero yo siempre he sido muy rara, Imper... Que podemos hacer, no?...
Abrazo
Yo seguí la tradición de engañar a mi hija con los Reyes Magos y cuando llegó el momento de confesar la verdad tuve que admitir que había empezado a mentirle desde su más tierna infancia. Hay tradiciones que no tienen mucho sentido y otras peores, como la de engañar a un hijo a sabiendas de que sufrirá cuando reconozcas que todo era mentira.
ResponderEliminarEn fin, es un tema de perspectiva, si pensásemos realmente en el momento en el que hemos de admitir que todo ha sido una quimera, seguramente nos lo pensaríamos dos veces.
Un abrazo.
Así es, Ana. Pienso que los padres, nunca estamos seguros, si nuestro hacer con nuestros niños es lo mejor, o lo mas correcto. Gracias por venir.
EliminarUn abrazo.
para mi fueron tan importantes que de mi pasado es algo que siempre recuerdo con emocion de niña esperando el juguete que venia volando
ResponderEliminarClaro que sí, Muchita. Nos pasaba así, cuando todo era ilusión y pura magia.
EliminarCariños.
Cada casa/ familia es un mundo y si no tienen la ilusión de los Reyes seguro que tienen otras...
ResponderEliminarBuen poema y eso es lo importante. Un abrazo.
Sí, Chelo, un mundo muy personal e íntimo.
EliminarAbrazo siempre.
Un buen poema para una excelente opción.
ResponderEliminarUrteberrion, Soco. Musuak beti.
Manu
Urteberrion, zuri, Manu.
EliminarC'est magnifique!...
ResponderEliminarMerci. Avec mon amour. Paul
EliminarMerci toujours à toi, Paul. Bisous.
Precioso.
ResponderEliminarNingún niño se ha enfadado al saber que los Reyes son los padres.
Los niños de enfadan por otros engaños. Los engaños que de verdad tienen importancia.
Un beso
Y que todos los niños del mundo puedan jugar.
Muchas gracias, Ana. También lo creo así.
EliminarBesosmil
Mis nietas, que siempre supieron quienes compraban los juguetes, no perdían la "ilusión" del Olentzero aún cuando acompañaban a sus padres a comprarlos. Eso de que "se los dejase debajo del árbol" era ilusionante.
ResponderEliminarCreo que es mucho mejor dejar atrás el juego de las ilusiones basadas en falta de realidad.
Gran abrazo Soco. ¡Urte Berri On!
ResponderEliminarEskerrik, Ernesto, muy de acuerdo. Abrazo siempre.
La decepción que se llevan los niños al comprobar que sus padres los han engañado durante años es de nota...
ResponderEliminarBesos.
Pues sí, Xavi, los padres, con la mejor intención, a veces se equivocan.
EliminarBesos de Nuevo año.
La ilusión dura pocos años, pero bien vale ver sus caritas alegres.
ResponderEliminarBello poema Soco.
Un abrazo y Feliz Año.
Gracias, Adri. Todo lo mejor y mas deseado por ti, para el Nuevo año.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Soco, el mensaje social recitado con musicalidad no tiene por qué perder ni una pizca de su potencia y así tú en este poema.
ResponderEliminarYo creo que la ilusión de los niños hay que mantenerla hasta que esos niños no aprendan a asumir la realidad, la cruda realidad, que el mundo les ofrece y si además se fomentase en esos niños la solidaridad, la generosidad y la entrega, es decir yo me pido este juguete a los Reyes Magos y renuncio a este otro para el que no tenga la suerte que yo tengo, entonces se redondea la magia. Después de estas fantasías infantiles qué nos queda, qué nos puede quedar sino lo terrible que la vida nos reserva.
Un beso, compañera y gracias por tu creatividad.
Sí, claro, Jota, hasta que vayan aprendiendo a asumir la realidad, por supuesto, que tal vez sea antes de lo que los adultos creemos.
EliminarGracias, Jota. Un beso.