** MELANCOLÍA
Es otro atardecer.
Se escuchan los latidos del mar
y sirenas de barcos
cargados de vacío.
En la calle, la gente
consulta los semáforos.
Y exhiben las vidrieras
modelos imposibles.
Y ese sol de setiembre,
que se escapa
en busca de otras manos...
Es otro atardecer.
Hay concierto de Mozart
en el parque.
Y un hombre en la vereda
con la mano extendida.
Y otoño que se anuncia
con alguna que otra,
lágrima desteñida...
Bellas entregas, sutil melancolía.
ResponderEliminarBs.
me supo a ternura , a bellos recuerdos, un besito preciosa
ResponderEliminarVerdaderamente es un placer pasar por aquí. Qué belleza, y qué verdades, hay en estos versos. "La ternura fugitiva", "la gente consulta los semáforos", "lágrima desteñida". No se me ocurre más que darte las gracias.
ResponderEliminarY besos, por supuesto.
Dos poemas hermosos, con tu sello personal de ternura y sentimiento.
ResponderEliminarAbrazos cálidos
Me gustan. Gracias por tu comentario sobre mi poema.
ResponderEliminarBellos poemas, el primero ha hecho que sienta una fuerte melancolía, es tan hondamente cotidiano que expresa lo que todos hemos sentido alguna vez, mientras tomamos un café entre nuestros recuerdos, pero expresado con una sensibilidad que te toca el alma. Muchos besos.
ResponderEliminarMuy bellos los dos poemas. me han parecido de una ternura exquisita. Un abrazo grande
ResponderEliminarPero dios santo...¡QUE BELLO ESCRIBES!,siempre salgo encantada de aquì...
ResponderEliminarRecibe un abrazo
lindo estado de añoranza...¡recuerdos, suspiros!
ResponderEliminarLíndisimos poemas.
Abrazos
Leer tus poemas, cerrar los ojos y seguir flotando en la dulzura y la melancolía...
ResponderEliminarQue belleza, Soco.
Abrazos.
Hermosa y sutil melancolía. Pura belleza.
ResponderEliminaroco, querida amiga, me gusta tanto venir a leerte...Siento una paz, un arrullo de versos y palabras.bellísimos, poeta
ResponderEliminarQué lindo escribes, Soco, exquisita melancolías.
ResponderEliminarUn gran beso.
Leyendo tus poemas, me he reconciliado con la poesía. Te sigo con mucho placer.
ResponderEliminarMikel
Buscar la ternura fugitiva en la barra de un bar bohemio...Cuanto, cuanto me dice... Podía haberlo escrito yo, de veras.
ResponderEliminarGracias por tu sensibilidad, por tu cercanía.
Un abrazo grandísimo, amiga.
Mucha melancolía en tus poemas..Ahhh, ¿será el otoño que llega?...Bueno, tal vez la melancolía con un buen café y Mozart de fondo nos permita viajar en el recuerdo a los rincones donde fuimos felices...y recordar lo que fue, aunque tal vez ese paseo nos cueste algunas lágrimas...o tal vez nos permita ver el presente más intensamente.
ResponderEliminarBesos.
Estás haciendo que nos enamoremos
ResponderEliminardel otoño sin haberlo dejado entrar
todavía.
Besos
Cuánta melancolía, amiga, cuánta melancolía y, sin embargo, todo es suave, como de seda, el sentimiento es tuyo pero penetra por los ojos de los que te leemos.
ResponderEliminarGracias, Soco, por tanta belleza.
...y si olvidamos la oscuridad que anuncia no hay belleza mayor que la melancolía otoñal.
ResponderEliminarNada mejor que la poesía para dar la bienvenida al otoño.. el más grande de lo momentos del año....
ResponderEliminarAntonio
Te leo. Te releo. Me emociono. Me lleno de luz...
ResponderEliminarY te mando besos con ternura de otoño.
Fernando
Preciosa la imagen que transmiten los dos poemas. El café eterno, otoñal, como el atardecer, como la melancolía. Un beso.
ResponderEliminarQué maravilla, amiga. Bellísimo post. Una entrega a pura primavera. Felicitaciones. Eres brillante! Un abrazo
ResponderEliminarun placer encontrarte. porque echo de menos la edad que no tengo. la experiencia que me falta. el otoño que se cierne.
ResponderEliminaron esa dulzura y esa melancolía...
ResponderEliminarCon esa elegancia y esa sencillez...
Muy grato venir, como siempre.
Voy a ser muy breve, amiga Socorro, solo decirte cuanto lamento no disponer de más tiempo para leerte hasta las comas de tus escritos.
ResponderEliminarAparte los temas que son bellos conteniendo unagran dosis de ternura, la composición de tus textos me causan envidia.
Un beso, amiga, o dos a modo de felicitación.
Carlos