jueves, 12 de mayo de 2011
EL RELATO DEL MES
BUSCANDO EL SUEÑO
La habitación de hospital, se envuelve lentamente en la penumbra del atardecer. La luz agoniza sobre las cortinas y sobre la colcha inmaculada de la cama, mientras las sombras se van apoderando de los rincones, borrando el contorno de las cosas.
El hoy lento, interminable, está por fin escapando, para convertirse en ayer. Un ayer que quedará imborrable en el recuerdo.
Y yo aquí.
Mis ojos vagando por el techo. La espalda rota. Las piernas inertes. El dolor agazapado, dormido bajo el efecto de la anestesia.
El miedo... Y clavado en la frente, un pedacito de esperanza.
<< Salto de la cama y salgo al centro de la noche. Una noche sin luces, sin luna, sin sombras, sin gente. Solo densa oscuridad...
Camino por lugares desconocidos y desiertos, orientado por una única, enorme estrella que tiembla en lo alto. Camino durante mucho tiempo por un camino solitario. No sé donde voy, ni en busca de qué. Me duelen las piernas y me pesan toneladas. Me he perdido... A dónde querría llegar?...
Ahora, gente extraña se cruza a mi paso. Hombres y mujeres de rostro inexpresivo, blanco. Pregunto por no sé que sitio, y me miran como si no entendieran mi idioma. Y siguen caminando en silencio, todos en la misma dirección, por el camino que se alarga y alarga, como un elástico.
Y de pronto, una zona conocida.Un barrio que me resulta familiar. Y veo mi moto aparcada en un rincón, de la pequeña y desierta plazoleta.
Monto en ella, pongo el motor en marcha y salgo veloz. El aire que se aplasta sobre mi cara me despeja y acelero...
La chica se lanza a cruzar la calle, sin mirar el semáforo. Freno con el pie y con la mano y la moto se desvía a la izquierda, contra el coche que viene de frente. Y me veo bajo las ruedas, que presionan con fuerza mi vida.
Luego una camilla. Cara al cielo, Siento correr un hilo de sangre por mi cara sin afeitar. Deseo estar dormido o anestesiado, para no sentir el dolor. La inconsciencia me va ganando, arrastrándome a un estado, donde todo tiene un relieve distinto. Y el tiempo se detiene...>>
La habitación de hospital, se desenvuelve lentamente de la penumbra de la noche. La luz poderosa del sol, enciende las cortinas y la colcha inmaculada de la cama·
Y se posa en la silla de ruedas.
Mi espalda destrozada. El miedo. Las piernas inertes... Inertes...
Y cierro los ojos buscando de nuevo, insistentemente, el sueño. Un sueño que me haga deambular por calles extrañas...Que me haga volver a caminar.,, Caminar...
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Desgarrador, cotidiano, crudo, y maravillosamente escrito, SOCO.
ResponderEliminarUn gran abrazo
SIL
Muy bien estructurado el relato. Con maestría.
ResponderEliminarCaminar... aunque sea en sueños.
Muxus. Manu
Precioso
ResponderEliminar(Relee el título)
Esa es la espina dorsal de muchos sueños, aprehender lo perdido, lo olvidado o lo imposible. Hermoso y trágico relato, mi querida poeta vasca.
ResponderEliminarBesos, un saco lleno.
Hola Socorro:
ResponderEliminarSueños truncados por un absurdo accidente que cambió el rumbo de dos vidas.
Abrazos.
A veces los accidentes que la vida incluye en el cajón de las sorpresas lo cambían todo en décimas de segundo... se pierde lo tenido y el vivir se limita y acota según circunstancias y secuelas... y a falta de una plena realidad, la mente construye la suya cuando sueña... y quien pierde la movilidad que le dan sus piernas sueña con caminar; y el que pierde la vista con ver; y según sea la pérdida así será el sueño... y cada despertar tendrá su frustración, pero, a la vez, su afán para que el sueño se convierta en realidad.
ResponderEliminarBesos.
Magníficamente tratado el misterioso mundo de los sueños. Me ha gustado mucho, como siempre un placer leerte.
ResponderEliminarUn gran brazo. Pilar
Debido a problemas técnicos de Blogger, esta página estuvo desaparecida por un día y se borraron los comentarios de Sil, Mariajesús, Manu Paloma, Marta y otros tres que no sé de quienes eran, porque no pude acceder a ellos. Lo siento.
ResponderEliminarMe ocurrió lo mismo, SOCO.
ResponderEliminarYa pasó el temblor (aparentemente)
En mi comentario decía que este relato es tan cotidiano, como terrible, y ha sido escrito con una precisión y una maestría dignas de quién lo suscribe.
Otro abrazo grande
SIL
Uno de los desconocidos era mio.
ResponderEliminarSolo podía decirte que me encanta leer todo lo que publicas, sea relato o poema.
Otro abrazo más. Sara
Los sueños a veces son pesadillas, a veces son liberación.
ResponderEliminarHermosa tu manera de narrar, nunca me dejas indiferente.
Un relato lleno de sensibilidad y poesía dentro de la dureza de su tema. Felicidades.
ResponderEliminarUn beso
Felicitaciones un relato completito
ResponderEliminarlos sueños nos pintan el laberinto con distintos matices reales
besitos y feliz fin de semana
Con la sensibilidad que te caracteriza, has plasmado los miedos y recelos de esa persona que ha sufrido un accidente y se ve envuelta entre cavilaciones de pensamientos negativos….
ResponderEliminarHoy por fin he podido comentar, he estado unos días sin poder entrar ni a mi blog. Los problemas de Blogger.
Un fuerte abrazo
Tu entrada casi se abraza a mis emociones actuales, es tan bonito regresar a tu espacio...
ResponderEliminarCreo que yo era una de ellas. No sé, me pasó con unos cuantos blogs...
ResponderEliminarbesitos, querida Soco, siempre tan emotiva y auténtica.
Mágico -como los de Cortázar-, ameno, misterioso y completo. Un abrazo grande poeta (que veo también ahora en la narración).
ResponderEliminarRelato hermoso y duro. Hermoso por lo bien que dices, por la magia que, como siempre, imprimes a tus letras, y duro por la tremenda historia que cuentas, por desgracia demasiadas veces tan real.
ResponderEliminarMuy cuento excelente, muy lograda esa realidad onírica pera recobrar la movilidad.. Muy bien estructurado y hermosamente narrado.
ResponderEliminarEnhorabuena. Gabon ta muxus.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi querida Soco, uno de los perdidos fue el mio, pero no importa, aquí estoy de vuelta para decirte que, mientras leía tu cuento, es como si fuera - en un cierto sentido - yo el protagonista. Esa espalda rota, esas piernas inertes, esos sueños rotos y buscados cerrando los ojos, Ay!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, enorme para ti.
Leo
el mundo de los sueños, con todos sus misterios!
ResponderEliminarMagnífica narración -terrible accidente y sus consecuencias- sueños, pesadillas, miedos, muchos miedos.
Un abrazo inmenso. Maffi
el ayer fue creado para que los recuerdos encontraran casas donde poder vivir y comer tartas con jugos de ciruelas, mientras nos esperan a que los visitemos, desde este hoy resbaladizo
ResponderEliminarsaludos
m
Hola querida Soco. Me ha gustado mucho tu cuento, tan triste y tan real al mismo tiempo.
ResponderEliminarEres una narradora excelente, me haces vivir tu relato y me duele también a mi esa tristeza cuando imagino la incertidumbre y el sentirse perdido de ese hombre que no puede caminar.
Eso sucede, esos terribles accidentes... por desgracia, no dejan de suceder y tú lo narraste tan auténtico...
Besos y gracias mil por compartirlo con nosotros,
¡qué estés muy bien!!
Querida Soco:
ResponderEliminarRelato magistral, que te atrapa con la tela de araña de la angustia y te oprime como un angina de pecho, hasta que el hallazgo de la barba hace comprender que hablas de otro, que aunque inventado también nos duele, porque desdichadamente hay muchos que sufren algo semejante de verdad. Enhorabuena.
Un gran abrazo
Elvira
Auténtico realismo en tu relato. Haces vivir la tristeza y la angustia. Y sin embargo belleza. Me encanta tu manera de contar, precisa y poética.
ResponderEliminarTe felicito.
Augusto
Muy bello Soco. Escribes muy bien prosa. Hace tiempo que no entraba en los blog pero voy a retomar y elegir los que mas me gustan. El tuyo es uno de ellos. Muchos besos.
ResponderEliminarEn menos de un mintuo se puede estar en esa misma situación. Espero que el relato sea solo una ficción.
ResponderEliminarSaludos Lola (Desde el Mediterraneo)
Me voy a poner como anónima porque bloguer no me deja registrar mensajes en blogs no sé porqué)
Y en un segundo, puede pasar a cualquiera… Aunque duro y terrible, este relato tiene ese deje de ternura y belleza, que es tan propio de tu escritura.
ResponderEliminarBesos.
Es triste y hermoso al mismo tiempo, me ha emocionado mucho.
ResponderEliminarMi abrazo de domingo. Inés
Todos pasamos por el mal trago Soco... Interesante incursión por el mundo de los sueños, siempre llenos de velos, de los pliegues que nos acercan y alejan de la realidad.
ResponderEliminarAbrazos
Un relato lleno de misterio y belleza. Tan real como creíble.
ResponderEliminarBesos y flores.
Relatas y aun así tu poesía no desaparece. Consigues creae imágenes tan nitidas que no sé si te leo o te veo.
ResponderEliminarBesos
Cita
Digo con Cita que hay mucha poesía en tus relatos. Ves las imágenes, las vives.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a cada uno por vuestra presencia y por palabras tan generosas.
ResponderEliminarMi agradecimiento y cariño para todos.
La narración la llevas con gran maestría. Tiras del hilo y no se rompe nunca.Perfecto.
ResponderEliminarBesos