Recuerdo
aquellas tardes en Palermo.
Eran tardes de sol
con olor a glicinas.
Recuerdo
aquel sendero solitario.
-los árboles burlando
la luz reverberante
del ocaso naranja-
Recuerdo
tu tímida ternura.
El examen del día siguiente
y las pequeñas discusiones
sobre la teoría de Lombroso
que a mi me apasionaba.
La pena del regreso:
Espérame mañana...
Recuerdo
aquellas tardes de Palermo
Y aún
yo no sabía que te amaba.
ResponderEliminarMe encanta ser la primera en leer tu bello poema, aunque casi siempre ando tarde. Pronto tengo vacaciones y recuperaré lo perdido. Gran abrazo
Lombroso fue duramente criticado.
ResponderEliminarCon el tiempo he comprobado que tenía razón en casi todo.
Lo que ocurre es que es "políticamente incorrecto".
Besos.
Besos.
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ResponderEliminarA mi me convence bastante, Xavi. Lástima que la vida me apartó de esos temas tan apasionantes.
Gracias por tu cercanía. Besos, siempre.
Por fin algo en común, las tardes en Palermo.
ResponderEliminarVivo cerca y muchas tardes andamos por ahí, en el Jardín Botánico, preciosa en sus "senderos solitarios" y en sus bancos bajo los árboles.
Siempre un placer tus hermosos poemas. Fer.
"errata": precioso
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ResponderEliminar"Y aún
yo no sabía que te amaba"...
Como me gustan tus versos, Soco querida. Muchos besos.
ResponderEliminarSí, Fer, hablamos de Jardín Botánico. Abrazo
Bella poesía, plagada de nostalgia, llena de ayer, de hoy, donde fluye ese dulce encanto de recuerdos sin ropaje ni aditamento alguno.
ResponderEliminarComo siempre mi admiración Soco.
Besos querida poeta.
ahh recuerdos viejos colgando del morral
ResponderEliminarcon esa inocencia que nunca vuelve
abrazos Soco
Me encanta la sonoridad, la cadencia de tus versos, esa melancolía... De ahora en más me quedo por aquí, con tu permiso.
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ResponderEliminarBienvenido, Carlos. Estás en tu casa.
Gracias y abrazo hasta el Sur
ResponderEliminarAy, Soco.
Cuando te pones tierna y nostálgica, me puedes ...
Abrazo de siempre.
Lombroso y sus teorias de criminalística, bien pueden estar en esa nostalgia de un amor que no era, y era. Encantas tu versos de Palermo, porque la nostalgia, siempre será bella, sobre todo cuando la salpica el amor. UN abrazo, apreciada Soco. Carlos.
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ResponderEliminarMusicales y rítmicos, tus versos a la añoranza y al recuerdo. Siempre destacables tus finales
Besos y un ramito de glicinas.
ResponderEliminarMe encanta que sea precisamente Palermo tu lugar de referencia, donde descubriste el amor...Es así ¿no?...
Un abrazo enorme desde tu-mi Baires.
ResponderEliminarPaso a pasito llego a ti y el remanso, la calma, la caricia de tus versos.
Mi abrazo
ResponderEliminarEs así, Susana, este vez sí, autobiográfico. Sin que sirva de precedente, eh?...
Otro abrazo, también enorme, para ti
Cuando uno aún no sabe que ese "lugar",al cabo del tiempo, será "su lugar en el nundo"..
ResponderEliminarCariños, más rosas y glicinas,desde buenos aires.
debe decir: MUNDO
ResponderEliminarRecuerdos que siguen siendo presente continuo, amiga...Muy bello y nostálgico.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre, Soco.
Feliz finde.
M.Jesús
Coincidimos en el dibujo:) Creo que nos debemos un café! jajjajajaa...
ResponderEliminarBonito poema, Soco. Siempre con esa calidad natural.
Un gran abrazo.
ResponderEliminarNuestros abrazos del sábado, con nuestro cariño y admiración, profe.
ResponderEliminarEl dibujo, Ernesto, lo "robé" de tu blog, y te lo advertí.
Gracias y abrazo. Café pendiente para otoño
ResponderEliminarSe acerca el tiempo de primavera y los paseos en Palermo serán la gloria de muchos de nosotros. Si vieras el rosedal como lo están arreglando, en unos meses el perfume de las rosas se convertirán en un placer para el caminante.
mariarosa
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ResponderEliminarLo siento, Ita, desconozco esos datos de Jose.
Saludos
Me dejas sin palabras querida amiga. Esa dulzura que tienen tus versos, es como dejar tu alma al descubierto.
ResponderEliminarUn gran poema como todos los tuyos.
Besos grandes.
Delicioso. Siempre un placer. Besos
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ResponderEliminarGracias miles a todos y a cada uno por vuestra amabilidad y afecto.