domingo, 26 de enero de 2020
Koembiyú (r)
Koembiyú era liviana,
diminuta.
Su piel color cacao
y sabor dulce de la yuca.
Su voz tenía
el sonido andino de la quena.
Era maiz dorado.
No conocía el mar.
Me enseñó en guaraní
unas cuantas palabras:
Amiga, río,
árbol,
estrella, nube,
pájaro...
que laten cada día
en mi recuerdo...
Como tantos niños guaraníes
estaba condenada,
inexorablemente,
al destierro de este mundo roto:
Se la llevó una estrella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La leo como una plegaria, es precisa, medida, avanza un relato, y a pesar del trasfondo uno lo percibe todo como dulce: la niña Koembiyú, la estrella, tus letras. Que no el mundo fiero que es el destino de tantos seres. Uno parece estar viendo a la niña. No mencionar a la Muerte es fantástico, y esa estrella salva.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Conozco a una persona de aquí que habla guaraní, aunque no tenga aspecto indio. Sigue por ese camino poetizando.
Esa estrella que brilla cada día en tu poesía.
ResponderEliminarBesos.
Eres tú y tu sonrisa con esa niña que te enseña palabras en guaraní. Y es su mundo tan triste y a la vez tan feliz de esos niños.
ResponderEliminarAbrazo Coya, con sonido de quena. Fer
ResponderEliminarGracias, Fackel. Koembiyú significa Estrella y es una palabra preciosa que sabe a Cerro, a cóndor, a baguala...
Gracias también a ti, Amapola, Tú, tan dulce como era Koembiyú.
Fernando, tú sabes de su vida, de su mundo... Y a pesar, sus niños son tan felices, tan niños...
Conmovedor poema de un no menos conmovedor corazón de poeta...
ResponderEliminarAbrazos, Soco. Muchos.
Tierno y lleno de sentimientos tu poema, Soco:
ResponderEliminarEs tan bello lo que cuentas en tus versos... Pero a la vez tan triste.Todos los niños del mundo deberían tener un futuro y recursos para poder alimentarse,vestirse y educarse.
Un fuerte abrazo
Tierno y hermoso poema, una niña preciosa que adorna en el cielo como lo que es, una estrella que brilla en tus letras. Saludos amiga.
ResponderEliminarEl poema iluminaba mis ojos hasta que llegué al último verso y subí con él hasta el cielo.
ResponderEliminarBEsos.
Uy, gracias a ti bella dama de las palabras; gracias mil por comentarme :)
ResponderEliminar
ResponderEliminarAna, Sandra, Xavi. Muchas gracias. Koembiyú os sonríe. Besos.
ResponderEliminarAnónimo, me gustaría saber quien eres.
No recuerdo cuando te he comentado , pero seguro que fue porque me gustó lo que leía.
Saludos poéticos, Y gracias.
Gracias Soco.
ResponderEliminarKoembiyú, tal vez no te enseñó la palabra más hermosa, en guaraní "Sy", "madre". Tal vez no la había conoció y ante el desamparo... se la llevó tu estrella. Te hubiera gustado, porque tu lo eres y así te expresas siempre.
Tu poema me ha recordado una familia amiga paraguaya. Además de sus 4 hijos naturales, han adoptado -temporalmente a 14 bebés más.
Me he referido a ellos varias veces, la última el día de la madre de 2017.
http://belmontajo.blogspot.com.es/2017/05/hoy-amor-y-siempre-sy-madre.html
Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSí, José Manuel, conocía esa hermosa palabra. En un tiempo, anduve por esa zona de asentamientos y pude conocer la situación penosa de los poblados indígenas; una verguenza histórica prolongada a lo largo de siglos. Ahora mismo, la mayoría de esos niños, cargan el destino de nacer, enfermar y morir prematuramente. Así de terrible.
Gracias a ti y abrazo. Pasaré a leerte.
ResponderEliminarPara despertar conciencias. Un delicioso y triste poema, que te inspiró la luz de esa estrella, Koembiyú.
Siempre, un regalo leerte.
Cuenta la leyenda / que en un árbol / se encontraba encaramado / un indiecito guaraní...
ResponderEliminar
ResponderEliminarHola, celebrador.
La historia del pueblo guaraní es el relato de bellísimas leyendas, La que mencipas, será la de Choguí, el indiecito guaraní que se perdió en la selva y un buen dios lo convirtió en pájaro, para librarlo de los animales salvajes... Desde entonces, se escucha su canto: Choguí, Choguí...
Gracias por tu visita, encantada.
Perdona el error; quise decir, mencionas.
ResponderEliminarTristísimo pero tan hermoso y tan dulce, que conmueve y duele. besosmiles
ResponderEliminar
ResponderEliminarC`est magnifique. Chapeau. Merci et bisous.
Creo que no se necesita más para decir en un bello y tierno poema el sentimiento de la amistad. UN abrazo, desde Colombia, querida Soco.
ResponderEliminarCreo que no se necesita más para decir en un bello y tierno poema el sentimiento de la amistad. UN abrazo, desde Colombia, querida Soco.
ResponderEliminar
ResponderEliminarGracias, Carlos. Hacia Colombia viaja hoy para ti, un pequeño montoncito de versos que espero que te gusten.
Otro abrazo para ti,
ResponderEliminarA todos gracias con mi cariño.
El final es triste... aunque no sabemos si liberalizador de una realidad hostil...
ResponderEliminarMe la he imginado enseñándote esas palabras en guaraní y a ti escuchándola... prefiero imaginar esa imagen de ternura que su otra realidad...
Creo que en nombre de la "civilización" a nuestra imagen y semejanza, hemos roto, destrozado, la esencia de todas las demás civilizaciones... dogmas que han apuñalado la libertad de otros pueblos, de otras gentes... de otra forma, creo que mejor, de vivir...
Elegiré una estrella de la bóveda celeste y para mí sera Koembiyú a partir de ahora...
Abrazo
ResponderEliminarCreo exactamente igual que tú, Imper y agradezco y me emociona, ese bello homenaje a Koembiyú. Han pasado muchos años pero su Estrella, sigue brillando.
Siempre mi abrazo grande, grande.
Se la llevó una estrella y ella misma se hizo estrella,seguro.Desde arriba podrá ver ese mar que no conocía.Delicioso poema,tierno y sentido.
ResponderEliminar
ResponderEliminarMis felicitaciones, Soco. El poema contiene toda la emoción propia de la poesía. Salud.
Gracias, Julio. Quiero decirte que desde hace un tiempo, no puedo entrar en tu blog. Te leo pero no puedo comunicarme contigo. Y lo siento,
ResponderEliminarUn abrazo desde la cercanía.
ResponderEliminarMuchísimas gracias y abrazos para todos. Feliz febrero.