
Cuéntame en sueños
otra historia, mamá,
como cuando niña.
O escríbemela
con tus dedos de bruma y aleteo.
Llévame de la mano
como si sola. Como si noche.
Y átame.
Átame con hilos de ternura,
para que nada pueda,
para que nadie...
Déjame
que regrese contigo
a esos días de patio,
de higos, de malvones
y dulces azaleas.
De pan y chocolate.
Y recrear
la ternura de tu abrazo,
cuando reirllorar era tan fácil.
Y cuéntame.
Cuéntame los misterios del Allá
para por fin saber
de que luz o tinieblas,
estoy hecha.