
Cuéntame en sueños
otra historia, madre,
como cuando niña
o escríbemela
con tus dedos de bruma
y aleteo.
Llévame de la mano
como si sola,
como si noche.
Y átame.
Átame con hilos de ternura
para que nada pueda.
Déjame
que regrese contigo
a esos días de patio
y de higos,
de malvones
y dulces azaleas,
de pan y chocolate.
Y recrear
la ternura de tu abrazo
cuando reírllorar
era tan fácil.
Y cuéntame.
Cuéntame los misterios
del allá
para por fin saber
de que luz o tinieblas estoy hecha.