Un banco
en el Paseo Nuevo.
La tarde suspendida
en un mar
quieto y azul.
Hablamos de mil cosas
intranscendentes,
locas,
definitivas...
-Y yo...
Anda, dime algo...
Que te quiero mucho,
mucho...
Tanto?...
Y mucho mas-
Mira esa nube:
Parece un castillo.
Y esa?
La silueta de un ogro.
Y aquella?
Una paloma...
-Un velero lejano,
arrastra la mirada
mar adentro-
Anochece.
Y entonces, Jazz.
Y Donosti estalla en luz
y en mil colores.
Y las notas,
saltan al espacio
y lo encienden,
con el fuego
de la improvisación...
Y tintinean
los acordes del piano
y el lamento desgarrado
del saxo,
escapa libre,
y se va a colgar,
del cuerno plateado
de la luna...
Y,
anda amor, dime algo...