Rebaños
vestidos a la moda,
paseamos las calles
de modernas ciudades
sin alma,
usando los ojos
de reposacabezas
y el alma con burka.
Y caminamos,
tropezando ilusiones
y aparcando los sueños.
-Y el mundo gira,
gira indiferente-
Entre tanto,
los dueños de la espada,
intentan convencernos,
de que el hambre
y las guerras,
son consecuencia
inevitable,
de la realidad global...
Que te pasa, poeta?:
no vas a tirar piedras,
siquiera,
a sus superblindados
ventanales?...