Sola,
salgo al embrujo de la noche.
En la mano
un vaso de gin-tonic.
Aquí, cerca del cielo.
La laguna negra de las sombras
va inundando todos los vacíos.
Se apagan los murmullos.
Se van cerrando
todas las ventanas.
En la penumbra
la cadencia de un blues
-llegan lejanos latidos del mar-
Casi madrugada.
Hora de la nostalgia.
Nostalgia de ternura. Del abrazo.
De mi gente. De ti.
-De ese beso que no te puedo dar-
En mi vaso han caído
todas las estrellas.
Las bebo a sorbos lentos. Y siento
esa dulce tristeza,
que me aleja de mi...
Mas lejos.
mas allá de los astros,
con los brazos abiertos,
me habla el Universo.