Lo descubrí
en la Calle Tercera,
aquel atardecer
de un agosto sin lluvia.
Interpretaba el saxo
ajeno al mundo
y su mirada
se abrazó a mi vida.
No vi acaso en sus dedos
como temblor de estrellas?
No percibí en sus ojos
un aleteo
como hecho de luciérnagas?.
Sin mas pretexto
que su sonrisa tímida,
le ofrecí mi ternura
mas perfecta,
y cada tarde
compartí su mundo
de blues y baladas
e improvisadas melodías...
Pero un día de otoño
y sin aviso previo,
se marchó con mi amor
a otros paisajes
de incierta geografía,
dejándome su imagen
de bohemio
y sin mi corazón.
- Publicaré este aviso
en los periódicos de mas tirada:
"Se ruega al vagabundo
que interpretaba el saxo
en la Calle Tercera,
que me devuelva el corazón
que se llevo, tal vez,
sin darse cuenta" -