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Es el mar.
Confidencias de la luz
con la tiniebla.
Infinidad
de veredas secretas.
Hay niños
en la playa,
remontando cometas.
-Invierno,
despertando-.
Un viejitoalcompleto:
Bastón,
gafas,
bufanda
y temblor
en las manos,
pasea renqueando
por la arena,.
Indómitas gaviotas,
profanan el silencio.
Es el mar.
El ocaso.
Tus manos.
Mi cintura...
Nunca mas,
volverá,
ningún invierno,
a traer tanto azul.
Tanta ternura.
Tú, tú,
Y yo,
somos
afortunados.
Porque tenemos
el pan light nuestro
de cada día.
Y el Pan Dulce,
para Navidades.
Una vivienda,
de diez,
a diezmil
metros cuadrados,
para disimularnos.
Caricias,
abrigo
y juguetes,
para nuestros niños.
Pantallas,
masomenos plasma,
donde mirar,
las desgracias
del mundo,
comiendo palomitas,
sin el mínimo riesgo,
de contagio.
Porque tenemos,
una democracia,
tan, tanbonita,
que hemos comprado,
en el Corte Ingles...
Los otros?...
Nos dan tanta pena...
Buscaste, tal vez
algún pretexto,
para tocar mi puerta.
Me invitaste a salir,
como si nada.
-Era una noche azul,
sin prisa-
Las estrellas,
sobre la luna fría,
tiritaban su luz.
Y caminamos...
Caminamos
sin fin,
hasta el amanecer.
Una estrella fugaz
rasgó la noche
y formulé
un deseo.
Tú, hablabas sin parar.
Temblaba
en nuestros labios,
la ternura,
de pronto presentida.
Eran las horas
mágicas.
Eran las horas
previas,
a un amor que nacía.