De calles
de piedras y barro.
De noches
de búhos y lobos
y croar de ranas
evocando lluvia.
De aroma a jazmín.
De campos de trigo
y latir de amapolas.
De arroyos
y flores silvestres.
De luna en los charcos
y vuelo de alondras.
-De un pueblo
vestido de sol
y de verdes.-
De gente sencilla.
De una plaza
de invierno,
con farolas
de trémula luz.
De una antigua Iglesia.
De un Dios
despistado e ingenuo.
De lo hermosa
que era mi madre.
De sus manos
tan cálidas.
De mis sueños
pequeños...
De todo eso,
mi infancia.
Mis juegos.
Mis versos.
Tu memoria resguarda una infancia hermosa con detalles tan bellos como son las manos de tu madre y, en esa naturaleza pródiga de colores y emociones es donde crece la poeta que eres hoy.
ResponderEliminarMuy bello Soco.
Besos
Gracias, Taty. Por un nuevo año muy creativo y poético. Con muchos besos.
EliminarMuy buen poema, Soco, estos versos concretos, son imágenes bellas que se pueden dibujar, esto es lo que a mí me gusta. Te felicito. Muchas gracias.
ResponderEliminarFrancesc Cornadó
Muchas gracias, Francesc, por tus bonitas palabras. Por un año muy feliz.
EliminarRezumando candidez, la descripción se presta a tus propias evocaciones, y por qué de pronto me parece estar leyendo a Rubén Darío, pero más sintetizado y reducido en el estilo, sí, porque uno aún lee a Rubén Darío, a Bécquer, a Espronceda...siquiera para no olvidarlos y, miento, más bien para descubrirlos con una edad actual y no con la hueca de cuando los leía por primera vez. Este estilo me ha conducido a pensar en la belleza de la brevedad.
ResponderEliminarEres muy generoso, Fackel. Agradezco tus comentarios de veras. Por un buen invierno.
EliminarDe tan sencillo... todo era encantador!
ResponderEliminarAbrazos Soco.
Abrazos al vuelo, Ernesto.
EliminarLa juventud y el campo, maravilla unida, parece que queda lejos y solo hay que salir a visitarlo. Me has evocado muchos recuerdo. Gracias y abrazo.
ResponderEliminarVivo en el campo, Xan. Bajo verdes, nubes y sol. Y azules. Gracias y abrazo.
EliminarTodo lo que escribimos brota de lo que sentimos y la niñez es el cofre de las emociones.
ResponderEliminarBesos.
Así lo pienso y lo siento, Xavi. Besos.
EliminarCon salud, amor, y tu maravillosa poesía. Urteberrion. Manu
ResponderEliminarMilgracias, Manu. Urteberrion.
ResponderEliminarLa sencillez de lo cotidiano...
ResponderEliminarPura paz, refugio emocional...
Y para vestirlo de palabras, le das ese toque auténtico, nacido de un alma libre.
Un fuerte abrazo Soco, con ese "latir... de amapolas"
Soco, la sencillez de lo cotidiano...
EliminarMe envía el comentario como anónimo??🤔
Sabes bien que soy Ángela
siempre milgracias, Angela, con abrazos y caricias a repartir.
EliminarUn poema precioso en su sencillez. Emoción poética, musicalidad, belleza. Esos recuerdos de la madre y de la infancia me han llegado muy adentro.
ResponderEliminarFelicitaciones
Besos... muchos, Soco
Muchos, tambien para tí, Ana.
EliminarLo cotidiano desde dentro, lo que vemos y vive, y en su belleza el poeta lo interioriza como el latir de lo cotidiano, el sentir de la gente sencilla, recorre las distintas etapas, los recuerdos de la infancia y los seres más queridos. De tan sencillo todo, sigue viajando con nosotros un año nuevo, otro mes, otro día, otro sueño, otro poma con recuerdos del ayer, de la infancia.
ResponderEliminarGracias por descubrir la belleza pequeña de la vida.
Un fuerte abrazo
Sí, fuerte abrazo, Jmanuel.
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