jueves, 27 de diciembre de 2012
Un sencillo relato : Julia
Es un domingo de diciembre. A esa hora temprana, la ciudad está casi desierta, si bien brillante de luces y adornos que anuncian la inminente Navidad.
Hay pleamar y en el puerto los barcos amarrados, chocan entre si bajo el huracán del suroeste que arrastra por las calles papeles y trozos de plástico.
La población duerme. Sobre las laderas de Monte Urgull, se deslizan las nubes persiguiéndose desde el mar. Y en la cima, la gigantesca estatua de Jesús, parece levitar sobre el resplandor azulado de los focos que circundan su base.
El viento poco a poco va apaciguándose y un sol tímido, asoma ahora por entre los inquietos nubarrones y reverbera en el agua, rompiéndola en mil cristales.
Mi pequeño hijo tira de mi brazo: Vamos ya, papá?
Pablito es un hombrecito muy serio de tres años y medio que nunca está quieto. Habla y habla, observa, pregunta, saca sus lógicas conclusiones, y se siente en la obligación de explicártelo todo.
Le ayudo a ponerse el abrigo y salimos a la calle, ya tomada por otros madrugadores que van y vienen con sonrisa de fiesta... Paseamos por el puerto y llegamos al parque. Ahora, aprovechando el viento rezagado, le ayudo a remontar su barrilete: una gran estrella de brillante papel de agresivos colores, que después de varias tentativas, comienza a colear audaz, sobre las copas de los árboles. Mas tarde nos sentamos en un banco a descansar y a conversar un rato.
Sabes, papá?... No sé si lo entiendes, pero la señorita nos ha dicho que la luna no se cansa nunca de dar vueltas y vueltas ... Oye, papi, de dónde vienen las nubes? Y por qué los pájaros no tienen casas con ventanas, y chimenea y todo?...
Mira papá, en mi manzana vive un gusano...
En un arranque de ternura, lo siento en mis rodillas y lo abrazo con fuerza. Desde que murió Liliana, el mimoso, acaparador y sabelotodo Pablito, llena todas y cada una las horas de mi vida. Ahora coge mi cara con sus dos manitas y moja mi mejilla con un beso que huele rabiosamente a manzana.
******
Inmóvil, como una cosa, sentada frente a nosotros, la mujer parece meditar con la mirada perdida. Es bastante mayor, con el pelo blanco y lleva un sencillo traje oscuro. La había visto muchas veces en el mismo banco, siempre sola, siempre con la mirada ausente y triste. Y había observado también, que miraba a mi hijo con ternura... Tal vez le recordaba a algún otro niño?
La pelota va rodando a quedarse entre sus pies. Intento disculparme, pero ella ya la ha cogido y se la entrega al niño con una sonrisa.
Cómo te llamas tú, señora? pregunta éste. Tú tienes pelota?
Me llamo Julia, pequeño. Y sí, tengo una pelota muy grande, pero no la he traído.
Pues te dejo la mía, y si quieres jugamos. Pero antes voy a descansar. Sujeta la pelota, dice, poniéndosela en las manos y trepando al banco para sentarse.
Yo me llamo Pablo y también Pablito y también enano y no tenemos mamá porque se nos ha muerto. Pero hablamos con ella y ve todo lo que hacemos, tú tienes mamá?.
Pablo, no molestes a la señora, intervengo, anda, ven aquí...
Por favor, no se lleve al niño, es tan simpático.Y yo, necesito tanto hablar con alguien... De verdad , no me molesta, al contrario, lo estoy pasando muy bien con él. Déjelo un poco mas, por favor...
Me senté en otro banco y fingí que leía el periódico, mientras Pablito y Julia sostenían un animado diálogo.
Cuando nos íbamos, mi hijo la besó con su espontaneidad característica : Hasta mañana, Julia, espérame aquí.
Nos volvimos para saludarla con la mano. Ella quedó sonriendo, con el brazo levantado.
Esa noche, mientras leía a mi hijo la inevitable historia que exigía antes de dormir, pensé en Julia. Una persona solitaria que únicamente pedía hablar. Hablar con alguien.
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¡Cuanto de tiernamente hermoso! deberìas escribir mas de esto amiga, lo haces esplèndidamente.
ResponderEliminarMis abrazos
Te juro que ella era Julia, te lo puedo afirmar, ella ERA Julia...
ResponderEliminarBah!, no me hagas caso...
Besos.
ResponderEliminarSencillo y hermoso, un trocito de vida.
Hay tantas Julias! Y un encanto Pablito.
Besos navideños.
Hablar es estar con alguien.
ResponderEliminarHablar es compartir: lo que todo ser humano necesita.
cuántas Julias caminan cerca de nosotros y nosotros cuantas veces llegamos a ser Julia?
ResponderEliminarhermoso y sentido trabajo narrativo SOCO
abrazos y felicidades
Preciosa narración sobre la soledad y la ternura. Te deseo un feliz 2013 y te mando mi cariño. Mil besos.
ResponderEliminarabrazo, soco. feliz año 2013. gracias por tus palabras y belleza poética.
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ResponderEliminarExcelente narración. Me gusta la puesta en escena de los personajes, y la atmósfera que sabes crear. Una escena, que pone en evidencia la soledad .
Un saludo muy afectuoso.
ResponderEliminarEs un relato estupendo,tierno, fresco, luminoso y lleno de poesía.
Enhorabuena, es un gusto llegar.
Desde un lugar lejano. mi afecto.
Tengo un Pablito.
ResponderEliminarTodos somos Julia alguna vez...
Precioso tu relato.
BESOSMILES
SIL
Este relato golpea.
ResponderEliminarEstamos tan incomunicados que parece que vivimos dentro de burbujas.
Vamos por la calle con la coraza puesta ajenos a las necesidades emocionales de los demás y por supuesto también de las nuestras.
Besos.
ResponderEliminarLa ternura y el amor frente a la soledad y tal vez el abandono.
Genial la descripción de los personajes.
Un nuevo placer.
FELIZ 2013 mil alegrías mil éxitos
ResponderEliminarabrazos!
En el día, pasan muchas Julias por nuestro lado, pero las prisas no nos dejan compartir momentos para articular sentimientos cerrados en las cuerdas atadas de su lengua.
ResponderEliminarUn besiño amiga Soco,
Rosa María Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/
ResponderEliminarMe gusta, me encanta el enano, en casa tengo uno igual.
En cuanto a la narración, muy tuya. La soledad es una enfermedad más frecuente de lo que creemos.
Buen fin de año. Felicidad y versos para el que se inicia.
Osvaldo
ResponderEliminarQuerida amiga.
Que 2013 sea para ti un año lleno de amor y poemas.
Besos y rosas. *Malena
Feliz Año Nuevo y mis mejores deseos para ti, querida soco
ResponderEliminarun beso
Me siento afortunada de no ser (por ahora)la JULIA de tu maravilloso relato.
ResponderEliminarFELICIDADES SOCO.
Feliz año, querida Soco. Menos mal que era un relato sencillo... Será en la forma, porque el fondo es tan complicado como la propia vida: muerte, soledad, incomunicación...
ResponderEliminarY un niño incansable -¿como la luna, como la esperanza?- y curioso dispuesto a vivir, a vivir, a vivir, a conseguir que las sonrisas florezcan en los rostros de cuantos han perdido a sus "Liliana" o cuantas Julia dejan que los días pasen sin más sentadas en un banco del parque.
ResponderEliminarHola Julia, bienvenida.
Gracias por llegarte hasta aquí.
Para ti, también lo mejor. Besos
Tu sencillez es inmensamente humana y así nos llevas, querida Soco, de emoción en emoción.
ResponderEliminarSólo los niños tienen ese don maravilloso.
Mi tesoro de chica, te abrazo tiempo y tiempo.
ResponderEliminarUna preciosidad. La sencillez y la naturalidad de lo humano.
Feliz nuevo año, con más relatos y poemas.
ResponderEliminarEs un relato maravilloso, Soco. Me ha emocionado la soledad de Julia y el encanto del niño. Cuanta ternura!
.Mas besos.
ResponderEliminarUna escena real y cotidiana, narrada con maestría.
Feliz comienzo de año,
ResponderEliminarEstoy de vuelta.
Feliz año, que sigas escribiendo cada día mejor.
Abrazo enorme.
Malen