jueves, 6 de junio de 2013
En algún lugar
A menudo
contemplaba sus manos,
tercas,
de puro acariciar.
De tanto y tanto
aprisionar la vida.
Cuando el alba,
ella ya estaba en pie,
las ventanas al viento
para atrapar el sol.
Se deslizaba leve por la casa,
dando,
llevando,
poniendo en orden...
Regaba las flores
y cantaba
con voz de lluvia
y rumor de olas.
Un día,
se descubrió cansada.
Recorrió su memoria
para hacer inventario
y contempló
el libro de su vida,
como una larga suma
que llegaba al total.
Se sentó en la mecedora
y comenzó a morir.
Era de viento.
Y el viento
la llevó de la mano.
Y en algún lugar, se abrió una puerta.
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Hola María Socorro, buenos días, bello poema, no me he podido resistir de entrar y comentar, gracias por compartir. Un abrazo.
ResponderEliminarLola Barea.
ResponderEliminarDelicioso!
Era del viento.
Y el viento la llevó de la mano...
Quién pudiera ser propietario de biografía semejante, quién pudiera tener alguien que se la escribiera así de honda y de sencillamente!!!!
ResponderEliminarMagnífica terca mano, que sirve incluso para ser llevada dulcemente...
ResponderEliminarUna hermosura, Soco querida. Nada extraño tratandose de ti. Sentarse a morir y dejarse llevar de la mano, debe ser lo más dulce a lo que podemos aspirar en ese trance.
ResponderEliminarBesos emocionados
ResponderEliminar"Y en algún lugar, se abrió una puerta"...
Hacés magia con los versos.
ResponderEliminarCuanta delicadeza y sensibilidad. Que bello y triste...
Mil besos Soco
Sus manos tercas de puro acariciar, deben estar acariciando la eternidad.. Lindos versos! Un abrazo.
ResponderEliminar
ResponderEliminarMirar la muerte no como final, sino como comienzo. Maravilloso.
Gracias siempre.
He entrado varias veces y no he atinado a comentar.
ResponderEliminarEl poema es maravilloso, y me ha anoticiado de una forma dulcísima de algo que no sabía.
Abrazosinfin.
SIL
Qué ternura en tus versos, Soco, y qué levedad ante el gran tema universal.
ResponderEliminarEra del viento.
Y el viento la llevó de la mano
Besos
las palabras y las promesas son del viento
ResponderEliminarnosotros que somos levedad absoluta
una metáfora de la vida toda
podemos arremolinarnos y dispersarnos entre corrientes y brisas
hermoso poema Socorro
felicitaciones
besitos y feliz fin de semana
Tus palabras denotan un gran cariño hacia la persona que va dedicado el poema y una gran sensibilidad por la forma de decirlo.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarEres una gran poeta, Soco.
Tus poemas nunca dejan indiferente a nadie.
Con mi admiración y cariño.
Soco, qué harías sin escribir poemas?...danzarías igual?...
ResponderEliminarSi en lugar del libro de mi vida, utilizo un periódico atrasado, y en lugar de mecedora, una silla de metracilato, ¿vale igual?
ResponderEliminarLo digo por irme preparando
Abracitos
ResponderEliminarDejarse ir así, tan dulcemente...
Quien pudiera.
Una dulce tristeza, como tú dices...
Se sentó en la mecedora
ResponderEliminary comenzó a morir.
Era del viento.
Y el viento
la llevó de la mano.
Y en algún lugar, se abrió una puerta.
Como puedes embellecer tanto la tristeza Soco? como un pajarillo en su último hilo de canto ...así me quedo y con la mirada de viento de viento
besosdulces
Más que precioso... me encanta querida Soco
ResponderEliminarbesicoss
Y el viento la mece, entre tus palabras y los recuerdos, con las manos de la eternidad.
ResponderEliminarMuchos besos, Soco linda, muchos.
ResponderEliminarEmbellecer la tristeza - dice Sandra -
Tarea muy difícil que tú consigues...
Dulcísimo.
Besos Osvaldo
Otro bello poema que me ameniza esta mañana de domingo.
ResponderEliminar
ResponderEliminarRegaba las flores
y cantaba
con voz de lluvia
y rumor de olas.
Me ha encantado. Un poema muy emotivo y bello.
Besos
ResponderEliminarNaturalidad y dulzura, ante lo inevitable. Abrazo, Soco.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a todos por vuestra complicidad y compañía.
Os quiero.
ResponderEliminarAy, Soco, qué belleza de poema.
Vuelvo a leerlo y lo copio si me permites.
Besos
Querida amiga Soco: Soy la última en llegar, por carecer de fuerzas y ánimo. Hoy paso para agradecerte el poema y el sentimiento. Me es duro poner mis pies a andar, pero espero que aprenda a resistir avanzando en cada venticuatro horas de mi vida.
ResponderEliminarUn besiño y mil gracias.
Rosa María Milleiro