Pues, sí.
Ya sé que ahora
no es ni la sombra
de lo que ha sido.
Que lleva décadas
cerrado.
Pero me gustaría
entrar allí.
Me sentaría
junto al ventanal
de cortinas doradas.
Solo entrar a ver.
Recorrer con la vista
las lámparas,
los reservados,
el lugar destinado
a la orquesta...
Escudriñar
los antiquísimos sofás.
Hundir los dedos
en sus pliegues ajados
y tentar con disimulo
bajo el marmol eterno
de las mesas,
por si alguien
-muchos años atrás-
dejó olvidado algo secreto:
una carta escrita
a hurtadillas,
un breve poema de amor,
la nota apresurada
de una cita... algo,
que me hiciera imaginar...
Y es que me gusta unir
realidad con fantasía:
Me gusta soñar.
Que le voy a hacer...
Inventar, por ejemplo,
una bonita historia para mí:
Quiero que tenga
la sonrisa presta,
la ternura a flor de piel,
que sea un poco descuidado:
-camisa abierta. Sin corbata-
Tal vez, algo perdido...
Será amable y sencillo
y me dirá, de un vistazo,
que me estaba esperando.
Sí. Me gustaría
visitar ese viejísimo café.
Rescatar
de la grieta de un zócalo,
un mensaje
perdido casualmente,
que me hiciera imaginar...
De verdad. Me muero de ganas.
La memoria y la imaginación combinadas con la escritura permiten recuperar rincones (cafés, parques, tabernas...) que tuvieron significado y rostros y deseos.
ResponderEliminarHay lugares que en verdad queremos volver a ver/sentir como antes...espacios que seguramente guardan historias , leyendas, rincones de poesia , amor, tragedia.. y todos esos sentimientos son altamente inspiradores para los amantes de las letras como vos..que hacés magia con ellos. Besosssss pibita hermosaaaa..
ResponderEliminarSí sería interesante escudriñar ese viejo café... Que tu poema por partida doble, pues ya el título lo es también, sugiere...
ResponderEliminarAbrazos Soco.
precioso
ResponderEliminarme encanta. Haces recordar viejos cafés, cerrados o desaparecidos pero que siguen en nuestro recuerdo alimentando la imaginación.
ResponderEliminarBesos
Te gusta soñar, Soco... y hacer soñar, hacer que evoque mi historial personal, y por lo tanto con tu poema me hacés identificar...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá!!
Ciertos lugares nos quedan en la retina y en ocasiones en el corazón, no por el lugar en sí, sino por quienes los transitamos.
ResponderEliminarY sería completo en aquel "viejo café", reencontrar aquellos ojos, sus palabras y sus manos.
Precioso poema Soco.
Un abrazo inmenso.
Esta nostalgia creadora tuya es preciosa, pero me traes recuerdos que a día de hoy me duelen. Yo tambien quisiera recordar un café. No solo por el lugar.
ResponderEliminarSalud, Soco.
Anna Babra
Te invito que vengas a Miami a visitar así juntas rincones con milagros
ResponderEliminarA mí también me gusta soñar y más si los sueños relucen poéticos.
ResponderEliminarBesos.
Toujours la beauté. erci et bisous. Paul
ResponderEliminarPardon, merci. Paul
ResponderEliminarAlguna vez, solo o acompañado, he vuelto al Café Gijón, de Madrid. He saboreado recuerdos del siglo XX, recordando tertulianos y tertulias, fotos y ambiente. Pero también el gozo de ver pasar la vida de la gente, desde la ventana, mientras tomas algo y ver girar el mundo.
ResponderEliminarTu sencillo y maravilloso poma, me ha evocado, todo. Las sombras, sugerencias, sueños y deseos siguen danzando, por allí o es mi mente, pero, como a ti, Soco, nos gustaría volver a estar, en alguno de esos lugares que solo con recordarlos sugieren tanto, que te dejan entre la realidad y la fantasía, para lo que resta de la tarde.
Entrañable... Creo que en lo que añoramos tan fuertemente solemos engrandecerlo con los recuerdos, pero ¿sabes? si que sería bonito que se hiciera realidad ese sueño que tienes
ResponderEliminarMe ha gustado leerte
Un abrazo
Para escribir se necesita soñar, solo así se traspasa mundos imaginarios y posibles desde la imaginación.
ResponderEliminarMuy bello.
Un abrazo.
Aquel viejo café ha inspirado este hermoso poema que nace en la nostalgia y la memoria, transita por la imaginación y termina en la esperanza...
ResponderEliminarAbrazo
Un gran poema. Siempre me he preguntado a dónde van esos lugares que existieron y ya no están. Quedan registrados en la memoria, en los sueños. Este viejo café tiene un sabor muy especial. Parece un lugar lleno de historias, de pequeños detalles...
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso enorme, Soco
Bellísimo al volver a leerlo también...
ResponderEliminarSiempre vuelvo a este poema que me atrae como un imán.
ResponderEliminarBesos